líderes en noticias de marketing, publicidad y marcas

5 tipos de social media influencer según su origen - Patricia Peiró

influencerComo altavoz público, las redes sociales han dado lugar al nacimiento del influencer, una nueva figura mucha más compleja que el tradicional líder de opinión. La diferencia reside fundamentalmente que además de influenciar sobre las ideas y acciones de otros usuarios, son capaces de crear fans. Estos son usuarios entusiastas de la personalidad del influencer, dispuestos a compartir, discutir y viralizar su opinión.

El primer requisito para ser un influencer es ser una persona. Es importante entender que las marcas no son influencers, el usuario las conoce e identifica la labor de marketing que hay detrás. Los perfiles sociales de compañías y productos pueden crear contenidos virales y hacer mucho ruido pero no ejercerán influencia sobre los demás. El segundo requisito es tener muchos seguidores. No es una condición absoluta, hay sectores muy de nicho en donde el influencer no tiene por qué tener una masa social enorme de fans y sin embargo es capaz de liderar opiniones e impulsar tendencias. El tercer requisito sí es muy común entre los influencers: seguir a menos de los que te siguen. El balance seguidores/seguidos siempre es, al menos, mayor que uno.

Pero además de estas tres condiciones, el influencer debe ser capaz de crear tendencia, de, cómo bien indica su nombre, influenciar en la opinión de los demás. Sus contenidos tienen siempre respuesta por parte de la comunidad y generan mucha interacción. Esa es la clave, y aunque todos tienen esto en común, su naturaleza, comportamiento y objetivos son distintos.

Según su origen, podemos distinguir, al menos, 5 tipos[1].

  • Newbies: acaban de nacer. Su reputación es 100% social y online. Su actividad en redes sociales es lo único que les aporta influencia. Se mantienen cómodos en un entorno digital, tienen habilidades muy concretas y muy sobresalientes en un sector determinado (videojuegos, moda, arte…), ejercen una función de prescripción clave (son los principales early adopters) y son muy activos en las redes.
  • Gurús: tienen un perfil más senior, con posiblemente logros profesionales (emprendedores de éxito) o académicos (aunque no siempre, a veces cuatro charlas convierten a un buen orador en un gurú). Son expertos en un área y críticos con la actualidad de su mercado. Tienen relativa autoridad offline y las redes sociales impulsan su influencia, por eso son bastante activos.
  • Directivos: son influyentes por el cargo profesional que desempeñan, (directores, consejeros, presidentes…) todos ellos ya tienen muchísima influencia y autoridad en el mundo offline, de ahí a que no sean muy activos en social media. Lo que está claro es que cuando dicen algo… todos los escuchan.
  • Celebrities: son famosos y eso les da carta blanca para influir entre sus fans. Son excelentes embajadores de causas sociales y en escasas ocasiones de alguna marca de forma espontánea y gratuita. (Las prescripciones de productos son generalmente previo pago). Son polémicos y mueven masas (sobre todo si se juntan dos o más…).
  • Periodistas: por su naturaleza profesional son creadores de opinión y ejercen influencia. Como dice Arnaud Roy de Augure, “su labor como filtro natural de contenidos les convierte en influencers”. Ellos ya tienen la credibilidad, tienen el altavoz y la reputación, no importa lo que digan, generalmente es bien recibido. Ojo, casi nunca tienen intereses de marketing y lo que dicen, lo dicen con el corazón.

Lo que sí hay que tener claro es que la influencia busca influencia. Todos desean consolidar su reputación y verán en las redes sociales un canal muy potente para lograr su objetivo. Los influencers desempeñan una labor importante en la sociedad de la información y la conectividad, democratizando el concepto de autoridad y liderazgo. No es malo aspirar a convertirse en uno de ellos.

[1] Quedan fuera de este análisis los políticos, entendiendo que a nivel influencia actúan como marcas.

 

¿Un sector publicitario que no se anuncia?AnteriorSigueinteLa publicidad tras los 5 segundos - Elena Ferreras

Contenido patrocinado