Analizamos la campaña en redes sociales de Isabel Díaz Ayuso
La candidata Isabel Díaz Ayuso sabe bien lo influyentes que pueden resultar los canales sociales en una campaña política pues ella misma ha estado al frente de esta tarea en el pasado. Su equipo sabe perfectamente cómo generar ruido e interés a partes iguales.
¿En todas las redes? No, solo en algunas.
Con LinkedIn abandonado desde hace un año y su web caída; la Presidenta en funciones ha centrado todos sus esfuerzos en Twitter e Instagram. Facebook no deja de ser un canal donde replicar el contenido generado para sus canales principales. Veamos entonces cómo gestionan sus ecosistema de redes.
Si Díaz Ayuso tuviera que escoger una única red social, se aferraría a Twitter sin pensarlo. Es sin duda el medio que le resulta más natural, donde se mueve como pez en el agua. Activa desde hace 11 años en esta red, cuenta con casi medio millón de seguidores en este canal. Es tal la querencia por los 280 caracteres, que su equipo crea claims de campaña pensados por y para Twitter. Fáciles, controvertidos y retuiteables.
En esta red, goza de unos datos de engagement muy elevados gracias entre otras cosas a publicar con mucha regularidad (más de 5 tuits de media diarios). Los contenidos que sube están centrados únicamente en su perfil profesional e institucional, sin dejar ver nada de su vida personal. Y los acompaña de un más que correcto uso de hashtags y menciones. Incluso reparte likes cargados de significado político en esta red. Toda esta estrategia le ha llevado a crecer en más de 70.000 nuevos seguidores desde la convocatoria electoral en Twitter.
Su tono durante esta campaña basa todo su éxito en una comunicación cercana, muy a pie de calle, alejada del tradicional discurso político de pasillos; incluso sarcástica en ocasiones. Y para transmitir eso, consideran Twitter el canal idóneo. Aquí, hasta las cuentas que la parodian tienen éxito.
En Instagram, con un altísimo nivel de engagement, cuenta con 230.000 seguidores. Es el único canal que permite intuir algo de su vida más allá de su profesión. Llama la atención el bajo interés por los Stories (a pesar de sus nuevos destacados) y resulta curioso ver la interacción regular en sus publicaciones con ciertos perfiles de influencers muy reconocidos (María Pombo, Tomás Páramo, Carmen Lomana o DJNano).
Como conclusiones, además de una gestión impersonal, muy de marca; el equipo de Ayuso peca de no incentivar la conversación con su comunidad. Donde más notorio resulta es en Facebook, que a pesar de ser el primer canal que abrió (110.000 seguidores desde 2007), es un simple contenedor de todo lo generado para las redes principales con cero interacción por su lado.
Pero aun queda camino por recorrer a nivel digital en política. No deja de ser una concepción arcaica utilizar las redes sociales como un mero altavoz; dejando de lado gran parte de las ventajas que pueden aportar en una estrategia de comunicación política: recibir feedback en real time, cotejar el pulso de la calle, realizar escucha social y adaptarse a formatos más atractivos para el target por debajo de 35 años. Los gabinetes de los candidatos siguen sin considerar los medios digitales como una prioridad comunicacional.
Jorge Ballester, Social Media Strategist de Very Optimo, consultora digital de Padre Group.
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