Analizamos la campaña en redes sociales de Pablo Iglesias
Llegamos al análisis de los canales digitales de un candidato especialista en este tema: Pablo Iglesias, que como persona pública ya nació al albor de las redes sociales. Si hubiera que definirlo en una sola frase: Pablo Iglesias es Twitter dentro de España. Polémico, constante, atropellado y alguien que gusta tanto a sus feligreses como el rechazo que genera en el bando opuesto.
No es de extrañar que de los analizados hasta la fecha sea el que más pensamiento estratégico digital denota de cara a esta campaña del próximo 4 de mayo.
Un candidato que destaca por cuánto y cómo usa Twitter a diario desde hace once años. Una red donde es, además de uno de los personajes públicos más seguidos de nuestro país, una máquina generando interacción. Fue de los primeros en llegar a esta red, de los primeros en utilizar este altavoz, de los políticos con más followers de Europa y desde entonces no ha flaqueado nunca en esta tarea. Eso se nota en su comunidad, donde supera los 2,6 millones de seguidores gracias a su estrategia natural, comentando, respondiendo o dando like por doquier.
Este canal es sin duda, de todos los candidatos analizados, la red que denota un uso más personalista. Pablo escribe tuits (una media de diez al día en campaña) desde su móvil en el momento exacto en que la actualidad los demanda. Quizás, eso sí, haya calmado su tono y su proceso y ahora relea más veces que hace diez años, igual que en las entrevistas y debates.
Pablo apuesta por una estrategia multicanal algo desligada. Es el candidato más seguido en Facebook también. Un canal secundario, con mayor presencia del partido, mucho debate en sus comentarios y mayor contenido de vídeo y agenda. Aquí, igual que en Instagram, es donde se ve más aporte del equipo, gestionando estas publicaciones mientras hacen hincapié en el programa, propuestas e iniciativas de su partido.
Su estrategia de contenidos es firme, constante y repetitiva. Congrega y reafirma a su comunidad, que no duda en comentar y debatir en sus post con cualquier hater que se deje caer por allí. Además, consigue que su comunidad ejerza de altavoz ayudando así a difundir los postulados de la candidatura allende las redes.
Hay un esfuerzo evidente en Podemos por salir de las estrecheces propias de las redes en cuanto a lo unidireccional de las mismas, la escucha social o apostar por nuevos formatos o canales. Pero queda largo camino por recorrer. La comunicación política tiene que adaptarse a los tiempos y a los gustos del público. Un nuevo estilo y un lenguaje fresco es vital para conectar con los jóvenes. Una vez más asistimos a un partido que utiliza las redes para hablar exclusivamente a su audiencia, sin tratar de abarcar nuevos targets.
En resumen, Twitter es Pablo y su opinión: rápido, natural y muchas veces inconsciente. ¿Facebook, Instagram y YouTube? Altavoz del partido, que aprovecha la comunidad generada para hacer llegar su mensaje y retransmitir sus eventos. Pero siguen una estrategia digital que ha quedado ligeramente desfasada, un reflejo de los últimos cinco años. Podemos se ha dado cuenta de que ya no generan el mismo fervor en los jóvenes y su audiencia, que igual que Pablo, también ha ido cumpliendo años, encontrando trabajo (más o menos) fijo, casándose y comprándose casas.
Jorge Ballester, Social Media Strategist de Very Optimo, consultora digital de Padre Group.
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