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Arturo Ribes Presidente de UPEV

Por una comunicación pública al servicio del ciudadano

Los vaporizadores personales son el resultado de una larga e innovadora evolución de casi dos décadas, implementando nuevas tecnologías y garantizando los máximos estándares de seguridad con una estricta observancia a la legislación vigente en España y en Europa. Estos avances han permitido que los cigarrillos electrónicos cuenten con garantías reguladas para que miles de exfumadores adultos lo sean al cambiar el cigarrillo convencional por una alternativa innovadora y que ha demostrado ser mucho más segura.

Alrededor de todo el mundo se han popularizado diferentes herramientas que ayudan a los fumadores adultos a dejar el tabaco. En el caso de los productos de vapeo, su efectividad está más que probada y países de nuestro entorno como Reino Unido o Francia los incluyen en sus programas de deshabituación tabáquica con el respaldo de la ciencia. Hasta en cinco ocasiones, los estudios del Public Health England han señalado que los vaporizadores personales son hasta un 95% menos perjudiciales que el tabaco.

La apuesta de este sector con la seguridad y la innovación basada en toda la evidencia científica disponible ha conseguido que, en España, el 93% de los adultos que utilizan estos productos hayan abandonado el tabaco por completo, según un estudio reciente de Sigma Dos.

El sector del vapeo se comprometió hace más de cinco años a comunicar de manera transparente toda la información disponible sobre cigarrillos electrónicos y sus efectos, apostó por cumplir con una de las legislaciones más estrictas del mundo para garantizar la seguridad de los productos y a desarrollar campañas que eviten que menores de edad tengan acceso a estos productos.

Sin embargo, esos esfuerzos hoy se ven frustrados por motivos ideológicos incomprensibles y, a pesar de todo, el Ministerio de Sanidad español promueve desde hace años la campaña de publicidad y comunicación #ElTabacoAtayteMata, que equipara el tabaco convencional con los productos de vapeo y señala a los vaporizadores personales como una puerta de entrada al tabaquismo, con una inversión superior a los 5,5 millones de euros durante los últimos años.

En concreto, esta campaña, puesta en marcha en 2019, no solo es un ejercicio incomprensible de desinformación a los ciudadanos, sino que supone la pérdida de más de 400 empleos que, sumados a los efectos de la pandemia, ha provocado la caída en la facturación de los negocios del sector de un 30% durante el último año. Los más dañados son las pequeñas y medianas empresas, mientras que a las grandes empresas apenas les impacta.

Frente a esa situación de confusión informativa que genera el Ministerio de Sanidad español, otros ministerios que sí que han realizado estudios e investigaciones propias optan por la acción basada en las conclusiones de sus estudios, el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS) puso en marcha una iniciativa con la que se ofrece un kit de iniciación al vapeo de forma gratuita y asistencia a los fumadores que acuden a algunos hospitales, para que los fumadores británicos abandonen el tabaco.

En Francia, con motivo del «Mes Sin Tabaco», el Servicio de Sanidad Pública francés realizó un estudio en colaboración con Ipsos (entre 25.319 personas), donde se recogía que los franceses recurren al vapeo como primera opción para recibir «ayuda externa» a la hora de abandonar el tabaquismo de una vez por todas.

Este tipo de medidas se deberían llevar a cabo también en España, si lo que se busca es una fórmula exitosa que permita a los fumadores adultos dar el primer paso para dejar los cigarrillos convencionales por completo y para toda la vida. Si el Ministerio de Sanidad y el Gobierno siguen omitiendo las evidencias científicas y no se alinean con este tipo de prácticas, perderemos la oportunidad de sumarnos al tren de una de las mayores innovaciones para combatir un problema de salud pública que nos persigue desde hace décadas.

Desde UPEV reclamamos al Ministerio de Sanidad que revise y modifique su campaña de comunicación, ya que también supone un ataque directo a las empresas independientes del sector y ponen en juego cientos de puestos de empleo. En UPEV tenemos un compromiso con la sociedad y creemos que es hora de que las autoridades públicas se sumen a él.

Arturo Ribes, Presidente de UPEV

 

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