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Laura Lerín Graphic Designer en Ogilvy Barcelona

Ante los cambios... ¡Be flexible, my friend!

offline and online design

¿Te has preguntado alguna vez qué forma tiene el agua si la pones en una botella? ¿Y si la pones en un vaso? ¿Y en una tetera? La respuesta correcta es… ¡Que adopta la forma de su recipiente!

Como dijo Bruce Lee, gran filósofo y mejor actor, todo pasa por el famoso «Be water my friend» («Sé como el agua, amigo mío»). Y así lo creo yo. Debemos hacer como el agua y no establecernos en una única forma. Debemos adaptarnos, construir la nuestra propia y amoldarnos a las circunstancias y, en el caso que nos ocupa, a los nuevos tiempos.

Hace ya más de 20 años que empecé a trabajar en el maravilloso mundo del diseño gráfico y las artes aplicadas, ¿Por qué? Pues creo que es algo vocacional. De pequeña me pasaba horas dibujando las letras de mis álbumes escolares y me encantaba hacer mis propias portadas de cassette recortando y haciendo collage con las fotos de las revistas Súper Pop. 

Cuando empecé la carrera, descubrí el mundo de infinitos colores que hay detrás de mezclar cuatro tintas y cómo cautiva su olor plasmado en las revistas acabadas de salir de imprenta. Me fascinaba el tacto de las diferentes texturas del papel, su variedad de acabados, y lo interesante que era manipularlos, doblarlos y, de la nada, crear una increíble maqueta o un práctico packaging

Aprendí la importancia de cuidar los pequeños detalles; a dominar el cúter con precisión para crear minuciosas maquetas; me enseñaron a elegir el mejor material para cada necesidad; a controlar el pulso para transferir Letrasets; a mancharme las manos de rottring y SprayMount y a seleccionar las mejores imágenes de entre pesados catálogos fotográficos. Era una suma de artesanía, dedicación y delicadeza.

La magia del mundo offline

Lo mejor de todo esto es que, a medida que lo voy recordando, me doy cuenta de que, hoy en día, todo esto todavía me hace vibrar. El mundo offline me parece pura magia. Partir de una idea, diseñarla y plasmarla de manera bidimensional a través de una pantalla … y que, de repente… ¡Tachán! Se convierta en materiales impresos, palpables y tridimensionales. No deja de sorprenderme y me despierta un sentimiento romántico comparable al de pasar las páginas de un álbum fotográfico.

Lonas capaces de cubrir gigantescas fachadas; folletos que describen las delicias de un producto; carteles que motivan a asistir a eventos culturales; tarjetas de visita que amplían la base de contactos; opis que hacen más amenas las esperas en la parada de autobús; embalajes que añaden valor a lo que contienen; revistas de infinidad de temáticas que te permiten separar los ojos de la pantalla… y un sinfín de formatos diferentes de los que estamos rodeados mires por donde mires.

Tiempos de cambios

Veintitantos años dan para muchos cambios, y en el mundo de la publicidad todavía más. Llegó la era de internet y trajo consigo la revolución hacia el marketing digital.

Un nuevo lenguaje que los diseñadores de ‘antes’ hemos tenido que aprender a marchas forzadas: apps, webs, redes sociales, newsletters, banners, landings…. Y, en paralelo, hemos tenido que incorporar unas nuevas normas de diseño gráfico para adaptarlo al ámbito digital: Legibilidad, interactividad, adaptabilidad, usabilidad, accesibilidad…

Estamos hablando de un entorno trepidante, efímero y lleno de inputs, pero contamos con los colores luz, el movimiento y el sonido como nuevos aliados con los que jugar para destacar entre tanta competencia visual. Y si, además, la idea es simple, impactante y se viraliza, ¡pues tienes entre manos la campaña perfecta!

Mejor sumar que excluir

Sea desde un soporte on o offline, el objetivo del diseño gráfico sigue siendo el mismo: difundir un mensaje de manera visual, atractiva, desde el lugar adecuado y al espectador correcto. El diseño offline no está pasado de moda. Sigue vivo, y aunque sean medios diferentes, pueden convivir a la perfección, porque se complementan y juntos llegan un público más amplio. 

Y aunque ha sido -y es- una época de cambios a los que nos hemos tenido que adaptar a la velocidad de crucero, he tenido la suerte de poder subirme al barco a tiempo y desarrollarme profesionalmente en ambas disciplinas. No cabía la opción de quedarme en tierra. 
Así que, seamos como el agua, señorxs, y fluyamos hacia lo que marcan los nuevos tiempos, pero, aun así, sigamos fieles a nuestra vocación y no la dejemos de lado, porque la fuerza que tiene el entorno tradicional offline difícilmente podrá ser sustituido en su totalidad por formatos digitales.

Escrito por Laura Lerín, Graphic Designer en Ogilvy Barcelona

 

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