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Lola Estevan Directora de la Oficina de Evercom en Barcelona

Los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, el mejor ejemplo de branding para una ciudad

¿Puede un evento deportivo ser palanca de cambio y relanzamiento para el posicionamiento de una ciudad? ¿Puede la organización de unas olimpiadas cambiar la percepción de una ciudad y situarla entre los destinos más punteros del mundo? Sin duda alguna sí, y el mejor ejemplo cumple este 2022 30 años. Hablamos ni más ni menos que de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, el acontecimiento que marcó un antes y un después para la ciudad condal y la marca Barcelona.

Los juegos de Barcelona trascendieron a lo estrictamente deportivo y se convirtieron en un fenómeno mucho más amplio; un fenómeno que asentó el modelo de ciudad que aún hoy sigue estando vigente y que modificó la ciudad condal a nivel físico (para la fisonomía y geografía de la ciudad) y a nivel emocional, pues pese a que había voces muy críticas sobre el éxito organizativo de las olimpiadas, la realidad fue otra muy diferente y se superaron todas las expectativas. Ello fue el germen del cambio económico, urbanístico y social que ha hecho que Barcelona viva un auténtico boom turístico durante todo este tiempo, se haya convertido en sede del Mobile World Congress, tenga un ecosistema de emprendimiento con un hub tecnológico de los más envidiados del mundo y muchas compañías multinacionales se decidan a instalar oficinas en la ciudad. Todo ello hace que, desde entonces, siga proyectando una imagen de solvencia y relevancia a nivel internacional de la que sigue sacando pecho hoy.

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Pero… ¿qué ayudó a situar a Barcelona en el epicentro del mundo a nivel mediático? Algunos datos nos lo desvelan: la de Barcelona es a día de hoy la ceremonia inaugural más vista de la historia de los Juegos Olímpicos. Cerca de 6 millones de espectadores estuvieron delante del televisor emocionándose ante el espectáculo que dio el pistoletazo de salida de las olimpiadas (Londres 2012 congregó a 5.656.000 espectadores). Estuvieron acreditados más de 11.000 periodistas, más de la mitad de ellos de medios audiovisuales. Además, como desvela el catedrático de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Autónoma de Barcelona y experto en la comunicación de los Juegos Olímpicos, Miquel de Moragas: “Barcelona batió los récords de ingresos por derechos de televisión, por número de horas de televisión producidas (cerca de 2.500), por el uso de nuevas tecnologías en las técnicas de producción audiovisual y por la integración de las redes de telecomunicación”.

Cuando a nivel comunicativo mueves toda esta maquinaria, te conviertes en foco mediático tanto para lo bueno (es un escenario de promoción único) como para lo no tan bueno (los riesgos que conlleva una organización de tal calibre). Durante 16 días Barcelona estuvo en la agenda de la comunicación internacional y fue ahí donde la ciudad demostró toda su fortaleza y todo su buen hacer organizativo, que ha sabido rentabilizar hasta el día de hoy. Además, los Juegos Olímpicos de Barcelona se han convertido en un evento único, ejemplo de colaboración público-privada y ciudadana, pues no solo el staff que estuvo día y noche velando porque todo saliera bien lo hicieron suyo, sino que todos los barceloneses acogieron el evento de una manera abierta y generosa; por eso, a cualquier persona que lo vivió y se le pregunte sobre los Juegos Olímpicos del 92, se le dibuja una sonrisa y sólo tiene palabras de orgullo y satisfacción.

Un aniversario tan importante merecía un homenaje a su nivel. Y sólo a través de sus protagonistas podríamos hacernos una idea de todo lo que significó. Porque no hay quien mejor explique el cambio de paradigma de la ciudad que quienes formaron parte de la aventura, a nivel institucional, político o deportivo.

Sin duda alguna, por todas estas cosas, los Juegos Olímpicos de Barcelona siguen grabados en el corazón de los barceloneses pero además son un clarísimo ejemplo de branding y reposicionamiento de una ciudad. Punto de inflexión para el devenir de Barcelona y todo lo que ha venido después.

Lola Estevan, Directora de la Oficina de Evercom en Barcelona

 

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