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Rafa Martínez Director de estrategia y negocio en Folch

NFT’S, una gran oportunidad vinculada a la música

Aún recuerdo cuando en el último Blanc! Festival, tras acabar nuestra conferencia sobre branding, nos preguntaron a Albert Folch y a mí de qué vendríamos a hablar la próxima vez. Sin dudarlo, ambos dijimos: de música y de educación. Cada cinco años, desde el festival nos invitan a dar una conferencia. Nuestra naturaleza radical y muy cambiante hace que cada cierto tiempo, cuando vamos a dicho festival, seamos una agencia totalmente distinta a la que éramos la vez anterior. Y no lo digo solo por la realidad y alcance de nuestros proyectos o trabajo en general, sino por una tener una visión y un modelo completamente renovado de nuestro proyecto empresarial. Somos una cosa distinta.

Supongo que, como nosotros, habrá muchas otras empresas o agencias creativas que se sientan con esa necesidad de transformarse y adaptarse y que, además, lo hagan con suma velocidad y, por qué no decirlo, con  espontaneidad y acierto. Y es que todo avanza muy rápido y, si en vez de adaptarte e intuir los cambios, te dedicas a juzgarlos desde la barrera o el miedo, la realidad pasa por encima tuyo y de tu empresa como una apisonadora y de repente dejas de serle útil a tus socios, a tu equipo, a tus colaboradores…Como bien dice Rosalía, «yo me transformo».

Sin duda, son algunos los motivos por los que pienso subyace una cierta inquietud en algunas de las voces que son críticas con ciertos cambios. El miedo o la aberración al cambio de todo ese nuevo mundo que se despliega frente a nosotros a velocidad de vértigo y que altera a diario nuestra realidad. Frente a todos esos cambios, son ahora los NFT’s, unas de esas «cosas» que conviene atender y comprender, intentando no juzgar desde el desprecio de quien piensa que sea algo pasajero.

Si bien son innegables ciertos riesgos (el medioambiental, los riesgos de fraude, posibles “burbuja”), no podemos pasar por alto que el mercado de los non-fungible tokens (NFT) ha cerrado el año 2021 con más de 22.000 millones de dólares en ventas y todo apunta a que el negocio seguirá expandiéndose de forma imparable en 2022. Más allá de lo mucho que se ha hablado sobre la volatilidad de dicho mercado, debemos recordar que también en el año 2000 estalló la burbuja de las puntocom que provocó una gran crisis a escala global. Más de veinte años después, algunas de esas compañías -las que han conseguido adaptarse así como aquellas que se han ido incorporando a dicho medio-, se reparten hoy un negocio boyante.

Según proyecciones, el sector del eCommerce habrá generado cerca de 5,4 billones de dólares en todo el mundo. Una cifra que, para 2024, alcanzaría los 6,3 billones de dólares. Desde el 2021, el número de compradores digitales activos en el mundo es de alrededor de 2,14 mil millones. Para poner eso en perspectiva, es más de una cuarta parte (27,6%) de la población mundial, de 7,74 billones. El número de compradores online ha crecido drásticamente en los últimos años. Aún recuerdo algunos que nos decían que la gente no compraría ropa on-line sin poder probársela…

Así pues, es innegable que en algún momento el mercado de los NFT’s recibirá un correctivo. O incluso más de uno si se quiere. Si bien, también es innegable que los NFT’s han venido para quedarse. Y no solo en el ámbito del arte o la creatividad, sino en el de la música. Según algunos expertos, los NFT’s y el metaverso pueden representar una transformación mayor de la que ha supuesto la reciente era de internet. Pero si además tenemos en cuenta los más que evidentes  síntomas de agotamiento de la “vieja economía global” (escasez de recursos, inflación, rotura de suministros, encarecimiento del transporte debido a la alza del precio de las energías de origen fósil, debilidad del sistema monetario actual, volatilidad de los mercados, endeudamiento general) los NFT’s, así como otros entornos descentralizados, serán ámbitos de proyección y crecimiento sin precedentes.

Y me diréis: ¿qué tiene que ver todo esto de los NFT’s con la música? Pues mucho. En estos dos años de pandemia, se han propiciado cambios profundos, no solo en nuestros hábitos de consumo, sino también en nuestra concepción general del mundo y la relación que mantenemos con él. La pandemia ha supuesto una aceleración de ciertas lógicas de consumo y una aceptación de facto de ciertos hábitos, entre los que se pueden destacar por ejemplo la compras on-line (eCommerce), la comida a domicilio o por supuesto el consumo masivo de entretenimiento on-line (streaming). En este sentido, cabe destacar de éste último, el streaming, la música. Según las cifras publicadas, la música generó unos ingresos totales para 2021 de unos 23.500 millones de euros.

Los ingresos de streaming por suscripción aumentaron un 21,9%, hasta los 11.145 millones de euros, procedentes de 523 millones de usuarios. No por casualidad los derechos de autor se han convertido en un apetitoso activo financiero en el radar de ciertos fondos de inversión. Así pues, si en el ámbito de la «propiedad» digital del arte los NFT’s han significado una revolución y una cierta especulación, imaginaros lo que está a punto de suceder en el sector de los derechos musicales, el negocio de reproducción y la propiedad intelectual digital de algo que mueve tantísimo consumo, dinero e interés entre usuarios y plataformas.

Así pues, si trazamos una línea entre esos dos puntos (NFT’s y música), tenemos frente a nosotros dos de los ámbitos con mayor potencial de crecimiento y disrupción  y, por qué no, de negocio posible. Salvando todas las distancias, puede significar algo parecido a la desaparición del CD en su momento o lo que supuso para la industria la irrupción del streaming (Youtube o Spotify) en el consumo musical. Para algunos es posible que se tambaleen nuevamente los cimientos de su sector y deban reajustarse al nuevo marco, para otros supondrá una clara oportunidad.

Hace ahora poco más de un año, cuando nos acercamos en plena pandemia  a varios players importantes del ámbito de la música para proponerles el desarrollo de una «idea», la respuesta fue siempre la  misma: «ahora imposible». Hoy, en poco más de un año, acumulamos más de 35 millones de reproducciones de esa «idea imposible», hemos alcanzado acuerdos con algunas de las grandes plataformas tecnológicas, y hemos creado nuestro propio sello discográfico para la distribución de música y NFT’s vinculado a ese nuevo concepto que es Gallery Studio. Aquellos que conecten innovación, creatividad y música con los NFT’s, acertarán. Y es que hay un nuevo elefante en la habitación de majors, distribuidores y plataformas de música y se llama NFT.

Rafa Martínez, director de estrategia y negocio en Folch

 

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