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Manuel Estellés Director of Creative Services de We Are Marketing, Wam Global.

La bandera arcoíris, mucho más que una marca

Es el día, la semana, el mes del Orgullo LGBTI+. En todas partes vemos banderas arcoíris y colores que recuerdan a ella. Un símbolo, una reivindicación y, también para muchos, una ola a la que subirse.

A medida que los eventos relacionados con este día atraen a más aliados para unirse a la celebración, las marcas han decidido, también, entrar en la conversación. Son muchas las que se lanzan en picado a aprovechar el tirón de esta imagen, como si asociándose a ella adquirieran sus mismos valores: diversidad, libertad, inclusión, cultura empresarial abierta y hasta responsabilidad social corporativa. ¿Se trata meramente de una declaración de solidaridad o simplemente de comercialidad pura y dura? Es un debate interesante, y en este caso, como en muchos otros relacionados con el medio ambiente o problemas sociales de distinta índole, las marcas tienen una responsabilidad: comprender y mostrar respeto por la causa, celebrar la cultura y mostrar reconocimiento/apoyo a la comunidad, empezando por sus trabajadores y colaboradores, y siguiendo por sus clientes, y no solo en junio, sino durante todo el año.

Pero vayamos al origen. ¿De dónde surge este diseño que se ha convertido en un icono en todo el mundo?

Una imagen que mueve montañas

Podemos decir que la bandera arcoíris es, en sí misma, una marca. Es cierto que no nos vende un producto, sino más bien una idea: la libertad y la capacidad de actuar según nuestros propios valores y seguir nuestros propios criterios. Ser nosotros mismos sin temer ser juzgados. Y cómo ha conseguido implantarse en solo unos pocos años tiene un valor incalculable.

Y esa idea de libertad está en los propios cimientos de la bandera del orgullo, ya que su imagen carece de propietario. Fue ideada por el artista Gilbert Baker en 1978 a petición de la organización de la marcha del orgullo gay en California. Se dice que para crearla se inspiró en la canción «Over the Rainbow» de Judy Garland, y que no solo representa la diversidad, sino muchas más cosas: rosa, sexo; rojo, vida; naranja, curación; amarillo, luz del sol; verde, naturaleza; azul, arte; celeste, armonía; y violeta, espíritu humano. La concibió como una marca de todos, para todos los que la quieran, por eso nunca registró su copyright. Renunció a sus derechos autorales para donar al mundo un emblema «digno y bello» que poco a poco se hizo extensible a toda la comunidad LGTB, que engloba las orientaciones sexuales, tanto las  mayoritarias (gays, lesbianas, bisexuales, transexuales) como otras menos conocidas (pansexuales, intersexuales…).

Antes de ella, de la bandera, el triángulo rosa era considerado el símbolo para representar a la comunidad gay. La razón es que durante el régimen nazi un triángulo invertido de color rosa era la manera de identificar a los homosexuales en los campos de concentración. Se elaboraron «listas rosas» en las que aparecían el nombre todo aquel ciudadano con tendencias hacia la homosexualidad, pues los nazis pensaban que estos estaban enfermos y debían de curarse.

Si bien en su versión original la bandera tenía ocho franjas, poco después se suprimieron los colores rosa y celeste debido a la dificultad de producción e impresión de los tintes. En estos momentos, como ya no está vigente ninguno de esos obstáculos que impedían producir masivamente el diseño original, Gilbert Baker ha hecho una llamada a volver a la Bandera Arcoiris original de 8 franjas y 8 colores.

Lo que está claro sin ningún lugar a dudas es que actúa como una marca: tiene un target bien definido e identidad propia. Transmite valores (en este caso orgullo, libertad, respeto, tolerancia, empatía, amor por el prójimo y amor propio). Además, es reconocida en todo el mundo y atribuida correctamente al colectivo LGTB, activando todo un imaginario en nuestro cerebro, con un potente posicionamiento. ¡El sueño de cualquier brand manager para sus creaciones!

Manuel Estellés, Director of Creative Services de We Are Marketing, Wam Global.

 

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