líderes en noticias de marketing, publicidad y marcas

PRIVACIDAD Y MARKETING ONE-TO-ONE: CONDENADOS A ENTENDERSE-Pablo Melchor

Varias noticias recientes me han hecho pensar, una vez más, en la cuestión de la privacidad.

Por poner dos ejemplos: por un lado, las solicitudes de acceso a datos de Google por parte del gobierno estadounidense; y, por otro lado, el anuncio de la implantación en España del DNI digital, que ha recibido un número muy limitado de críticas (cuando en otros países occidentales el concepto mismo de una tarjeta de identificación genera notorias campañas de rechazo).

Vivimos en un mundo digital en el que la privacidad se enfrenta a múltiples amenazas. Por un lado, las mismas funcionalidades que nos permiten comprar, comunicarnos, informarnos o pagar impuestos online implican serios riesgos: el reflejo de una gran parte de nuestra vida se almacena día a día en bases de datos. Por otra parte, la legislación destinada a atacar problemas tan graves como el terrorismo, el blanqueo de capitales o incluso la pornografía infantil puede conseguir sus objetivos a costa de poner en riesgo la privacidad de todos los ciudadanos: si la Administración tiene acceso a todos los datos, ¿quién controla al controlador?

De cara al marketing interactivo, y más cuanto más nos acerquemos al concepto de one-to-one, la proclividad de los usuarios a facilitar sus datos personales ofrece, sin duda, un enorme potencial. Sin embargo, esta misma tendencia no está exenta de riesgos: una eventual proliferación de casos de robo de identidad o acceso no autorizado a datos personales podría provocar un rechazo generalizado a facilitar ningún tipo de dato.

Podemos o bien confiar en que nunca pasará nada o bien trabajar desde ya para intentar combinar el indudable valor del marketing personalizado con la llamada «autodeterminación informativa»: debemos crear soluciones que den al usuario el control sobre su información además de permitir a las empresas construir perfiles de usuario ricos para prestar servicios cada vez más adaptados a cada uno de sus Clientes.

Parte de la revolución que Internet ha supuesto para el marketing radica en que el usuario controla y decide qué quiere visualizar o hacer y cuándo. Las empresas que entienden este concepto triunfan online y las que no adaptan sus planteamientos consiguen sólo resultados mediocres. Debemos trasladar ese mismo concepto («el usuario tiene el control») a la gestión de los datos personales o, de lo contrario, pondremos en peligro el desarrollo futuro del marketing digital.

Pablo Melchor
Director General de Crazy Labs
pmelchor@crazylabs.com
www.crazylabs.com

 

AQUÍ EL VÍDEO-DOCUMENTO DE ABELLÁN SOBRE EL EGMAnteriorSigueinte¿SOLECILLOS? ¡NO, GRACIAS! ¿GALAXIAS PUBLICITARIAS? ¡SÍ, POR FAVOR!

Contenido patrocinado