Tiempo de Gigantes
Un ojo en casa y otro en la pantalla… Y así nos pasamos el día; intentando mantener el ambiente optimista, alegre y esperanzador, al mismo tiempo tenemos abiertas tres o cuatro pantallas, y en cada una de ellas, varias conversaciones, conferencias , o decenas de noticias, vídeos, memes o propuestas para realizar acciones en ventanas y balcones.
Es lógico que esto ocurra en el momento primero de la crisis, gestionar la incertidumbre, pero de nada habrá servido que nos hayan parado el reloj durante cerca de un mes si no aprovechamos bien este momento.
En mi humilde opinión, no es tiempo de correr hacia ninguna parte, es tiempo de trabajar hacia dentro para salir después con mejores capacidades competitivas.
Es tiempo de boxes, donde los pilotos les dicen a los ingenieros y a los mecánicos qué es lo que no funciona, y se podría mejorar.
Es tiempo de Gigantes, de paso corto y de mirada larga.
Es difícil hacer planteamientos de inversión cuando los ingresos son cercanos a 0, pero tampoco se pueden plantear estrategias como si nada hubiera pasado.
Como sector, nos haríamos un flaco favor si estuviéramos viviendo esta situación como un mal sueño y nos encontráramos a la salida del túnel como si nada hubiera pasado.
Nuestros anunciantes necesitarán estrategias que reduzcan al máximo su gasto y maximicen sus ingresos.
Todos aquellos que anteriormente hicieron los «deberes» en su proceso de digitalización estarán más preparados para acometer nuevas y más eficientes estrategias, pero también tendrán que acelerar este proceso con nuevas estructuras más ágiles e interconectadas.
Es tiempo de construir nuestro CRM, si no lo teníamos antes, o de unificar las diferentes BdD de clientes en sólo una, con criterios de Marketing y no sólo de negocio.
Es tiempo de pulir nuestra analítica de marketing, tanto de medios propios como de medios pagados, incluido los sociales, con una visión estratégica diferentes, dependiendo de quién vaya a utilizarla.
Es tiempo de mejorar la descripción de cada una de nuestras fichas de producto, no desde nuestra visión, sino desde la visión de lo que un cliente está buscando o necesitando.
Es tiempo de reestructurar los grupos palabras en las que vamos a pujar para que sean más amplias y no se nos escape ninguna intención de compra de alguno de nuestros productos.
Es tiempo de preparar toda la batería de medios propios y planes de contactos para reactivar a los clientes actuales y poder dedicar a la pírrica inversión publicitaria en captar al mayor número de clientes posibles, pero también a los mejores.
Es tiempo de ayudar a todos nuestros clientes, a los pequeños y a los grandes, con toda nuestra capacidad estratégica, con toda nuestra creatividad, con todas nuestras habilidades para poder volver a la curva de crecimiento en el menor plazo de tiempo posible.
Por si a alguien no le había quedado claro, este confinamiento nos debe servir para poner a los clientes, pero sobre todo a las personas, al ciudadano, en el centro de nuestras compañías, para poderles servir mejor y ser una incuestionable aportación de valor a sus vidas.
Todo empieza y todo acaba en él.
Hora de COMUNICAR sin PARAR. #AhoraMásQueNuncaAnteriorSigueinteLa gestión de marca en tiempos de cambio: el momento de la confianza