Las mujeres están a merced del "burnout" más que los hombres

En vista de lo espantosamente horrendo que fue 2020 y de la incertidumbre que se ha adosado como una lapa al universo del trabajo en el transcurso del último año no resulta en modo alguno sorprendente que los empleados estén más que «quemados» que nunca. Lo que sí es inquietante (además de alarmante) es que el síndrome de «burnout» clava sus afiladas con cada vez mayor ferocidad en las mujeres.

Según un reciente estudio de McKinsey & Company y LeanIn.org, la brecha entre hombres y mujeres en lo que al «burnout» se refiere se han ensanchado notablemente en el último año.

En 2021 el 42% de las féminas y el 35% de los hombres confiesan estar a merced del síndrome de «burnout» en el trabajo. En 2020 ambas cifras eran, en cambio, bastante inferiores, de un 32% y de un 28% respectivamente.

La brecha de género es también particularmente pronunciada en los puestos de dirección. Por cada 100 hombres promocionados a cargos ejecutivos, solo 86 mujeres suben también en la escalera corporativa. Así y todo, estos datos son más positivos que en 2019, donde la proporción era de 72 féminas promocionadas por cada 100 hombres ascendidos.

Los estilos de liderazgo de hombres y mujeres son como la noche y el día

El informe de McKinsey & Company y LeanIn.org echa raíces en datos recopilados en 423 organizaciones con una fuerza laboral colectiva de 12 millones de empleados y en encuestas efectuadas a más de 65.000 trabajadores.

Del informe se infiere asimismo que las mujeres que ejercen cargos de liderazgo están un 24% más predispuestas que sus colegas masculinos a garantizar que la carga de trabajo de sus equipos sea realmente manejable. Y están asimismo un 60% más prestas a procurar soporte emocional a sus equipos de trabajo.

Aproximadamente una de cada cinco féminas en puestos de liderazgo senior invierte además una sustancial cantidad de su tiempo en acciones enfocadas a la diversidad, la igualdad y la inclusión. Por el contrario, solo uno de cada diez hombres hace lo propio.

Por otra parte, una de cada tres mujeres contempló el año pasado la posibilidad de dejar su empleo o cambiar de trabajo. Antes de la pandemia solo una de cada cuatro féminas barajaba esta posibilidad.

A pesar de que la presencia femenina en el C-suite ha aumentado un 27%, las mujeres de color constituyen apenas un 4% en las altas jerarquías corporativas (frente al 13% de los hombres de color).

Las féminas de color continúan además bajo el yugo de las microagresiones, cuya frecuencia no ha variado prácticamente desde hace dos años.