Los placeres del turismo casero
¿Próximo destino? El inodoro: este proyecto da una vuelta de tuerca viajera al confinamiento
El turismo casero (ese que practicamos en las cuatro paredes de nuestro hogar) es el eje central de un divertido proyecto creativo de Juan Carlos Ferrer, design lead de la agencia neoyorkina Minds+Assembly.
A las personas con alma de trotamundos el confinamiento se les está haciendo particularmente duro. Acostumbradas a vivir permanentemente subidas a un avión y a explorar los lugares más remotos del planeta, ahora se tienen que conformar con hacer turismo en su propia casa (que no conocían quizás demasiado bien debido a su afán por emular al bueno de Phileas Fogg).
En torno al turismo casero (ese que practicamos en las cuatro paredes de nuestro hogar) pivota precisamente un divertido proyecto creativo de Juan Carlos Ferrer, design lead de la agencia neoyorkina Minds+Assembly.
Su proyecto lo integran postales de estética retro que envían «saludos» desde lugares tan mundanos como el baño, el dormitorio, la sala de estar, la ventana o la escalera de incendios (unos gloriosos destinos que tenemos al alcance de nuestra mano sin movernos de nuestra humilde morada).
Ferrer compartió su proyecto en el grupo de Facebook NYC Ad Jobs & Networking, donde invitó a sus colegas de profesión a compartir las postales. Y parece que estos se vieron perfectamente reflejados en ellas porque el post de Ferrer fue agasajado con más de 550 reacciones y casi 90 comentarios.
La idea para dar forma a su proyecto le vino a Ferrer cuando una noche le dio por enviar un foto de sí mismo junto a una copa de vino y su inseparable portátil junto a esta frase: «Saludos desde la sala de estar. No puedo esperar a visitar el balcón».
«Esto me hizo darme cuenta de que otras muchas personas podrían estar pasando exactamente por la misma situación. Aisladas en casa y moviéndose de una habitación a otra», explica Ferrer en declaraciones a AdAge. «Entonces me decidí a crear algo digno de ser compartido para ayudar a la gente a sonreír, al menos durante unos pocos minutos», añade.
La idea en la que echa raíces el proyecto de Ferrer es casi idéntica a una iniciativa de la diseñadora gráfica Jennifer Baer que reinventa viejos pósteres de viajes vintage y los adapta a la nueva era del coronavirus.