Hay que regular la IA antes de que se vuelva "aterradora"
El CEO de OpenAI aboga por la regulación de la IA, que podría ser muy pronto "aterradora"
Al CEO de OpenAI le preocupa que las instituciones no pueda reaccionar con suficiente celeridad al desarrollo de la inteligencia artificial.
La cada vez más ubicua inteligencia artificial (AI) evoluciona a una velocidad absolutamente meteórica y el ritmo de sus avances es tan frenético (e inquietante) que algunos abogan ya por su inmediata regulación. Quienes claman por la perentoria regulación de la IA no son además en modo alguno ajenos a esta tecnología sino que están involucrados directamente en su desarrollo. Es el caso de Sam Altman, CEO de OpenAI, que durante el fin de semana confesó en Twitter la zozobra que le provocaba que las instituciones no pudieran reaccionar con suficiente celeridad al desarrollo de la inteligencia artificial.
Las palabras de Altman son especialmente significativas, máxime si tenemos en consideración que su empresa es la matriz de ChatGPT, el celebérrimo chatbot que Microsoft integró hace un par de semanas en Bing (con el ánimo de buscar las cosquillas al todopoderoso Google).
En un hilo publicado en Twitter Altman reflexiona sobre los retos que tiene por delante la IA y sobre el porvenir esta tecnología. «En la mayor parte de los casos una transición como la que protagoniza en estos momentos IA es buena y tiene lugar de manera bastante rápida. La transición de la era previa a los smartphones al universo postsmartphone es un ejemplo de ello», dice el CEO de OpenAI.
Altman advierte asimismo que, aunque hoy por hoy la IA no da demasiado miedo, no falta tanto para que esta tecnología sea potencialmente «aterradora» y la regulación en este sentido será absolutamente crucial. «Necesitamos tiempo suficiente para que nuestras instituciones sepan qué hacer. La regulación será fundamental y llevará tiempo resolverla», subraya el creador de ChatGPT.
Altman tilda de «crucial» la regulación de la inteligencia artificial
«Es esencial disponer de tiempo suficiente para comprender adecuadamente lo que está sucediendo, cómo quiere la gente utilizar este tipo de herramientas y cómo puede la sociedad moverse hacia adelante», enfatiza Altman.
Otro desafío que tiene por delante la IA es sortear los prejuicios que podrían inocular potencialmente en ella sus creadores. A juicio del CEO de OpenAI, la inteligencia artificial no puede estar a merced de los prejuicios y no debería favorecer, por ejemplo, a un candidato político frente a otro.
No está aún demasiado claro cómo de rápida será la transición hacia la IA y la manera en que dicha transición se llevará a cabo. Además, la regulación que necesariamente deberá aletear en torno a esta tecnología sigue siendo aún una incógnita.
Así y todo, Microsoft ya ha procedido a regular al nuevo Bing con ChatGPT, que hace poco acaparó decenas de titulares por insultar y mentir a algunos usuarios. La empresa de Redmond ha limitado las conversaciones de Bing a 50 al día y sus respuestas a 5 por sesión (aunque posteriormente ha suavizado estas restricciones para que su buscador pueda entablar conversaciones más largas).
Según Microsoft, en las conversaciones excesivamente largas Bing tiende a confundirse y perder los papeles, por lo que ha decidido restringir su uso para prevenir eventuales salidas de tono.