Los «rifirrafes» entre Google y la Comisión Europea tienen bastantes años sobre sus espaldas y parecen no tener fin. ¿El motivo de la guerra sin cuartel entre ambos? La Comisión Europea echa en cara al gigante de internet que abusa de su posición dominante en el mercado, ya que en su poderosísimo buscador otorga un lugar mucho más destacado a sus propios productos que a los de la competencia.

A esta acusación Google responde que su posición dominante en el mercado no es tan grande como parece a ojos del ejecutivo comunitario. Al fin y al cabo, a la hora de buscar productos, el internauta echa mano no sólo de Google sino también de Amazon, por ejemplo.

Sin embargo, las explicaciones de la compañía de Montain View no parecen convencer a Margrethe Vestager, la comisaria europea de Competencia. “Es obvio que Google y Amazon son productos totalmente distintos”, aseguró ayer durante su intervención en la conferencia DLD, que MarketingDirecto.com está cubriendo para ustedes desde Múnich (Alemania).

Pero, ¿por qué las autoridades europeas parecen tenerla tomada con Google? ¿Es este titán online una suerte de diablo para la Comisión Europea? No necesariamente, pero lo cierto es que hoy por hoy no hay quejas en materia de competencia contra Facebook, pero si las hubiera, el ejecutivo comunitario procedería a examinarlas, recalcó Vestager. Sobre Amazon sí que pesan algunas quejas, pero no se ha tomado aún ninguna decisión sobre ellas, añadió.

Más allá del respeto a las reglas de competencia, las empresas de internet deben ser escrupulosas en el cumplimiento de las leyes de protección de datos. Este tema no se presta ni mucho menos a las medias tintas. “Debe haber unas reglas fijas que todas las compañías deben comprometerse a respetar”, indicó.

¿Qué pasa, por otra parte, con los datos que las empresas que se fusionan? A juicio de Vestager, el análisis de dos casos recientes, la fusión de Google con el proveedor de publicidad Doubleclick y la de Facebook con la app de mensajería WhatsApp no ha arrojado, quizás sorprendentemente, datos que inviten a la preocupación, al menos por el momento. En el futuro podrían producirse problemas, apostilló la comisaria europea de Competencia.

Aunque algunos economistas son partidarios de poner cortapisas de antemano a las empresas con muchos datos en su poder, Vestager comparte una opinión bien distinta. Desde su punto de vista las empresas no deberían ser castigadas por ser dueñas de enormes cantidades de datos sino por la mala utilización de esos datos, recalcó.

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