Para los que luchan en primera línea

«Sólo a través de la disculpa podemos aspirar a un agradecimiento real», con esta frase -recogida en un manifiesto anónimo- un grupo de los mejores publicistas y fotógrafos de España pide perdón a los trabajadores y trabajadoras que están arriesgando su salud y sus vidas durante la crisis del coronavirus.

Desde que la crisis del COVID19 se instaló en nuestras vidas y pasó a convertirse en la única y exclusiva preocupación de todos, los medios de comunicación se han llenado de campañas publicitarias que abordan la problemática desde una perspectiva casi idéntica. Ahora, este anuncio no firmado por nadie pero que les gustaría pensar que «está firmado por todos», recoge un mensaje diferente a los propuestos por los anunciantes durante la pandemia.

Marcas, corporaciones, fundaciones e instituciones públicas han variado sus estrategias de comunicación sobre la marcha para incorporar la actualidad (marcada por un hecho extraordinario y sus extraordinarias consecuencias) a sus mensajes publicitarios, «independientemente de si están vendiendo cacao en polvo, energía renovable, la gestión de un gobierno o el anhelo de unas cañas en un bar», recogen. Mensajes de heroísmo, autoexigencia, agradecimiento y positivismo a raudales.

Y lo cierto es que las marcas necesitan seguir comunicando aunque sea en este momento de incertidumbre que no nos asegura aún lo que está por venir, tanto para su realidad como para la de la sociedad. «Frente a la homogeneidad argumental de muchas de estas campañas creemos que existe la oportunidad, casi la obligación, de lanzar un mensaje que, desde la honestidad, no sólo aspire a tocar el corazón de la sociedad, sino que intente reconocer algunos errores obvios y aspire a provocar cierta reflexión», señalan.

Lo cierto es que se ha necesitad una pandemia con trágicas consecuencias para que millones de ciudadanos reconozcan la importancia fundamental y el valor del trabajo diario de los que hoy luchan en primera línea de batalla contra el virus. Ciudadanos que siguen haciendo lo mismo de siempre pero en un escenario excepcional que nos hace ver el valor extraordinario que tienen y, con ellos, pedirles perdón por no haberles valorado anteriormente.

«Creemos que antes de dar las gracias, infinitas, debemos hacer algo más importante y difícil: pedir perdón», recogen en el manifiesto. «o hay forma más sincera de dar las gracias que reconociendo aquello en lo que nos hemos equivocado durante décadas. Para que no vuelva a ocurrir, y para que el agradecimiento que hoy expresamos con nuestros gestos se convierta en parte esencial de una sociedad que debería salir reforzada de una crisis que también es de valores. Porque si aprendemos lo que no hemos hecho bien, probablemente saldremos».

Éste es un mensaje publicitario que no firma nadie, porque nos gustaría creer que lo firmamos todos.

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